Especialistas rusos (*) reconocen hoy que el espacio cedido por los propios medios soviéticos en los años de la Perestroika y la Glásnost, y sobre todo durante el agujero negro informativo abierto después de la desaparición de la URSS, fueron bien aprovechados por trasnochados historiadores y nada ingenuos "publicistas" de estos temas.
Si solo se tuviese en cuenta las versiones de los autoproclamados vencedores de la Guerra Fría, tal pareciese que la Segunda Guerra Mundial fue ganada por los norteamericanos, los ingleses y otros países aliados.
Pero todo vuelve a su lugar. Como mismo Rusia y otros países post soviéticos volvieron a rescatar las celebraciones por la victoria del 9 de mayo, también historiadores, estudiosos y políticos honrados de esas naciones han insistido en no dejarse arrebatar el mérito histórico que corresponde a rusos, ucranianos, bielorrusos, kazajos, georgianos, armenios, y ciudadanos de todas las repúblicas que constituyeron la URSS. Son ellos los verdaderos vencedores de lo que por años los soviéticos llamaron la Gran Guerra Patria, la etapa más decisiva y heroica de la Segunda Guerra Mundial.
Datos tomados de recientes fuentes rusas, no dejan espacio a la duda: La URSS soportó el principal ataque hitleriano. Durante largos años los soviéticos fueron prácticamente la única resistencia a la invasión fascista en Europa; contra ellos los nazis lanzaron el 85 % de sus divisiones (las mejores). Al mismo tiempo la URSS debía proteger sus fronteras orientales ante las amenazas del militarismo japonés.
Hoy se calculan en 26,6 millones las vidas ofrendadas por la Unión Soviética durante la Gran Guerra Patria, que se extendió por cuatro años, desde aquel aciago 22 de junio de 1941. Se trata de más de la mitad de todos los muertos de la Segunda Guerra Mundial, cifra estimada en 50 millones de seres humanos.
Las pérdidas de Alemania, entre muertos, heridos, apresados y desaparecidos se calculan en 13 millones de personas. La Italia fascista perdió más de millón y medio de sus soldados, al tiempo que la Polonia ocupada perdía unos 6 millones de sus ciudadanos. Gran Bretaña, cuyo territorio no fue ocupado, aunque sí asiduamente bombardeado por los nazis, perdió casi 370 mil vidas; mientras los estadounidenses sobrepasan el millón de personas, de ellos 407 316 muertos, 671 846 heridos y 78 751, desaparecidos.
China perdió más de cinco millones de personas, entre muertos y heridos; y Japón a 2,7 millones, mayoritariamente efectivos del ejército imperial, pero deben contarse también los 270 mil japoneses que perecieron a consecuencia de las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos los días 6 y 9 de agosto de 1945 (tres meses después del fin de la guerra), sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
Los invasores alemanes destruyeron y quemaron total o parcialmente 1 710 ciudades y poblados urbanizados de la URSS, más de 70 mil aldeas y seis millones de edificios, dejando sin techo a casi 25 millones de soviéticos. En total las pérdidas económicas de la URSS durante la Segunda Guerra Mundial se equiparan al 30 % de la entonces riqueza nacional del país. Nadie sufrió tanto, ningún otro país perdió tanto.